La Fiesta de la Presentación del Señor, que se celebra el 2 de febrero, es la fiesta de Cristo -luz de los pueblos- que se encuentra con su pueblo en el Templo de Jerusalén. 

     ¿A quién celebramos?.

     Como en todas las fiestas, CELEBRAMOS A JESÚS CON MARÍA. María lleva en sus brazos a Jesús. En el Evangelio, el anciano Simeón proclama su alegría porque Jesús es la “luz que alumbra a las naciones”. Jesús es como una vela, una “candela” que brilla en la oscuridad para mostráramos el camino de la vida, vida que es Verdad, Paz, Perdón, Justicia, Amor, capaz de dar la vida propia por el ser amado. Jesús es la Candela, María lleva la CANDELA y por eso es la CANDELARIA. Ante esta luz que indica el camino, todos debemos decidir si seguimos o no el camino…

      Al salir en procesión detrás de María la Candelaria, todos deberíamos llevar una vela encendida, en signo de tomar un compromiso: con María queremos llevar la Candela, la luz que alumbra a las naciones. Llevaremos esta luz si ven que cada día tratamos de vivir con María en la Paz, el Perdón, la Justicia, el Amor de Jesús… No es fácil, y Simeón lo dice: para María, el camino hacia la gloria pasó por un dolor que fue como una espada que le atravesó el alma. Por esto le decimos: “Virgen de Candelaria, portadora fiel de la Luz, ruega por nosotros, pecadores, para que seamos también portadores de Luz”.